Los libros sobre casas encantadas suelen relaacionarse con el género del terror, pero no tiene por qué ser así. Hoy vamos a hablar de domatofobia, de algunos relatos maravillosos sobre casas encantadas y de «La casa encantada», el cuento más buscado en internet.
Echa un vistazo a la tabla de contenidos y salta al apartado qué más te interese ;)
Tabla de contenidos
1 ¿Qué es la domatofobia?
Resulta que hay un montón de miedos relacionados con las casas. La domatofobia es el miedo a la casa. No a quedarse encerrado, ni a que haya algo en la casa que te pueda hacer daño, sino a la casa en sí. Miedo al propio edificio.
Este terror, la domatofobia, suele manifestarse en dos fases: eal principio se refiere a una única casa. La persona afectada no se siente cómoda cuando se queda sola dentro de una casa concreta y ahí queda todo. En la segunda fase, la fobia afecta al resto de edificios y el miedo es tan limitante que incluso impide entrar en ellos a quienes lo sufren.
Para que haya domatofobia no es necesario que la casa que nos de miedo lleve asociada una leyenda. La domatofobia es el miedo a una casa cualquiera y como todas las fobias, es irracional.
Pero la domatofobia no es el único miedo relacionado con las casas. La oicofobia o eicofobia es el miedo a todo lo que tiene un aspecto hogareño y a los alrededores del hogar. Y la nostofobia es el miedo a volver a casa.
Hogar, dulce hogar, decían.
2 ¿Cuándo está encantada una casa?
Las casas encantadas se distinguen de las demás porque en su interior ocurren diferentes fenómenos paranormales o, como poco, inexplicables.
Es posible que esos fenómenos se den solo en una habitación o que sucedan en toda la casa y es cierto que suelen atribuirse, desde tiempos de nuestro amigo Plinio el Joven, a la presencia de espíritus o fantasmas. Estas pobres almas en pena serían las responsables de encender y apagar luces, provocar malos olores, cambios en la temperatura y movimiento de objetos.
Acontecimientos oscuros del pasado
En muchas obras de ficción, se atribuye el hecho de que la casa esté encantada a un acontecimiento traumático del pasado. En los casos de los Warren, por ejemplo, tenemos asesinatos cometidos en la mayoría de las casas encantadas. Esos asesinatos habrían hecho que los espíritus de las víctimas se quedasen en el edificio y se dedicasen a torturar a los propietarios posteriores.
Pero hay casas encantadas que no deben su encantamiento a la actividad humana, sino que vienen malditas ya de serie.
3 Domatofobia y casas encantadas: el primer relato de fantasmas de la historia
El primer relato de terror de la historia tiene que ver con las casas encantadas y quizá, solo quizá, con un caso temprano de domatofobia. Lo recoge Plinio el Joven en una de sus cartas. Este artículo la reproduce y la analiza de maravilla, pero es largo, así que te hago un resumen adaptado. Lo que viene a ser un retelling de Plinio el Joven para las jóvenes de hoy. Y te señalo las partes básicas de la estructura en tres actos para que veas que más antigua que el hilo negro, como quien dice.
Comienzo
Querido Sura:
Me aburro un tanto y me ha dado por pensar en si los fantasmas existen. ¿A ti qué te parece? Y, si existen ¿tendrán un cuerpo y voluntad propia o serán solo las manifestaciones de nuestros propios miedos?
No es que me haya vuelto loco para ponerme a pensar en estas cosas, es que me he enterado de una cosa que le pasó a Curcio Rufo, que se encontró con una mujer en mitad del camino y le predijo el futuro y encima acertó.
Nudo
Pero lo que más me tiene dándole vueltas a la cosa de los fantasmas no es eso, sino lo que viene ahora: resulta que había en Atenas una casa grande y muy bonita, pero sobre la que corrían ciertas leyendas. Se decía que por la noche se oían ruidos, concretamente un arrastrar de cadenas que empezaba en la lejanía y que se acercaba según avanzaba la noche. Después, cuando el sonido cesaba, aparecía un anciano flaco y tumefacto, de cabello crespo y barba fosca con grilletes en manos y pies.
En esa casa vivía gente y, por supuesto, pasaban unas noches malísimas, llenas de insomnio a las que seguía la muerte. Durante el día, quien había visto al fantasma del anciano podrido no podía librarse de su imagen. Así que, con el tiempo, la casa quedó deshabitada.
De todos modos, con o sin fantasma, la casa seguía en venta, esperando que algún comprador poco informado cayese en la trampa de los bajos precios. Y así fue, Atenodoro, el filófoso, que por cierto estaba enteradísimo de todo el percal, decidió comprar la casa maldita.
Clímax
Pero Atenodoro (Ati, para los amigos) no era un hombre cualquiera, no. Ya la primera noche colocó la cama en la parte delantera de la casa, arregló unas lamparillas y recado de escribir (las típicas tablillas de la época) y esperó al espectro.
El espectáculo de los ruidos y las cadenas se repitió, por supuesto, pero Ati no había ido hasta allí para nada, así que siguió esperando. Cuando llegó el fantasma, le pidió que lo siguiera y el filósofo le dijo que sí, que ahora mismo, en un momento, que tenía que anotarlo todo. Y solo cuando hubo terminado de tomar notas, lo siguió. El espíritu, al parecer, caminaba muy despacio, como si le pesaran las cadenas. Llevó a Ati hasta el patio de la casa, donde se desvaneció.
Desenlace
Cabría suponer que Ati se enfadó, pero no. Lo que hizo fue esperar a que amaneciera y pedir que se cavara en el último lugar donde había visto a la aparición. ¿Qué encontraron allí? Pues ni más ni menos que unos huesos ya sin carne, encadenados y engrilletados. Alguien, quizá el propio Ati, decidió que aquello había que enterrarlo a costa del erario público y así se hizo. Después de aquello no volvió a haber manifestaciones paranormales en la casa.
Conclusiones
Plinio el Joven fue, que sepamos, el primero en sentar las bases de los relatos sobre casas encantadas. En la historia de Atenodoro hay un antecedente, casi un calco, de los casos de Ed y Lorraine Warren de los que hablaremos en próximos artículos.
Hay una casa en la que suceden fenómenos inexplicables, el paradigma de todas las casas encantadas: amplia, bonita, deseable, pero sobre la que pesa una maldición.
Conocida la maldición por el entorno, la casa se pone a la venta a la espera de que alguien la compre.
Alguien, en este caso Atenodoro, un tipo razonable que no estaba dispuesto a renunciar a su chollo inmobiliario, hace frente a la maldición.
El fenómeno inexplicable resulta ser un fantasma que exige reparación.
Atenodoro repara el mal causado.
Final feliz.
Las mayores diferencias entre el caso de Plinio el Joven y los Warren es que los compradores de las casas encantadas americanas no se hicieron con ellas a sabiendas, sino que se encontraron con los fenómenos paranormales y se vieron superados por ellos.
Como todos los tópicos del terror, el de las casas encantadas es un tropo que también ha evolucionado. Pero ya hablaremos de ello cuando llegue el momento.
4 La caída de la Casa Usher, de Edgar Allan Poe: domatofobia real de la buena
Hacía tiempo que tenía yo ganas de hablar de Poe, y la domatofobia y los libros sobre casas encantadas me lo ponen muy facilito. Precisamente porque la Casa Usher no es el recipiente que recoge las experiencias traumáticas de sus habitantes, sino porque el propio edificio es quien las provoca.
Esta sí que es una casa encantada de verdad. Podéis leer el relato, y un montón más de cuentos sobre domatofobia y casas encantadas en el blog Espejo Gótico.
Resumen de la trama
Comienzo: llegada a la casa encantada
Un narrador, cuyo nombre nunca nos es revelado, se acerca a la casa Usher un día tan oscuro como el propio edificio. La casa pertenece a un amigo suyo de la infancia, Roderick Usher, y está rodeada de un aura melancólica, a juego con el cielo plomizo.
La casa no deja de resultar ambivalente: por una parte ofrece un aspecto sólido y por otra parte, algunas de sus paredes, columnas y ventanas parecen a punto de derrumbarse. El edificio, en mi humilde opinión, aparece ya desde el principio como uno de esos personajes que han tenido y conservan una mala salud de hierro, que agonizan en la cama y mantienen a toda la familia pendiente de ellos sin terminar de morirse nunca.
El narrador ha acudido a este idílico lugar porque su amigo le ha escrito y le ha comunicado que no se encuentra bien, ni física, ni emocionalmente.
Cuando el narrador entra en la propiedad, el interior no contradice al exterior. Al contrario: el misterio, la melancolía y la oscuridad campan a sus anchas. Roderick, el amigo enfermo, cuenta a su invitado que tiene los nervios de punta y que siente cómo se le han agudizado los sentidos. De hecho, da la sensación de que le tiene miedo a la casa.
He aquí el primer caso documentado de domatofobia. Gracias, Edgar Allan.
Nudo
A estas alturas sabemos también que hay una hermana de Roderick viviendo en casa y que está cataléptica. Una enfermedad que traía a Poe por la calle de la amargura y sobre la que escribió a menudo.
El narrador pasa los días tratando de animar a su amigo, pero sin resultados y termina por confirmarse a sí mismo que, no es que los hermanos estén enfermos, es que la casa está a punto de morir y los arrastra con ella.
La hermana no tarda en fallecer y Roderick decide enterrarla en las catacumbas del sótano. Quiere mantenerla cerca de sí por miedo a que los médicos le practiquen una autopsia. En el proceso de llevarla a su tumba, el narrador se da cuenta de que sus mejillas conservan cierto tono rosado, pero no le da mucha importancia. Al parecer, algunos cadáveres parecen más saludables tras la muerte que en vida.
Con el paso de los días, el comportamiento de Roderick se hace más y más extraño y le contagia el insomnio al narrador. Una noche, aparece en la puerta de su cuarto presa de la histeria y lo lleva a la ventana, desde donde ven cómo una especie de gas o de niebla blanquecina, rodea la casa. El narrador trata de tranquilizar a sui amigo y le dice que aquello es de lo más normal. Luego procede a leerle un cuento para dormir. En concreto, un romance medieval.
Clímax y desenlace: la casa encantada cae
Mientras lee sucede algo en verdad extraño: parece que la casa reproduce los sonidos de la historia que está leyendo. Como buen narrador escéptico, el nuestro ignora esos sonidos y se dice que son producto de su imaginación. Hasta que se hace evidente que no, que es la casa. De paso, Roderick ha aprovechado para hundirse en un sillón y murmurar entre dientes. Cuando el narrador se acerca a él para ver qué demonios está diciendo, se encuentra con una confesión: Roderick lleva ya días oyendo esos ruidos y está convencido de que han enterrado viva a su hermana Madeleine.
Roderick grita que Madeleine está tras la puerta.
El viento la abre y ¡Efectivamente! Allí está Madeleine, con la mortaja ensangrentada.
Madeleine ataca a Roderick.
La vida se escapa de ella.
Él muere de miedo.
El narrador se larga de la casa como alma que lleva el diablo.
La casa se desmorona.
La casa Usher como casa encantada «de verdad»
Decía al principio que la domatofobia es el miedo a la casa como ente, y el caso de la casa Usher ilustra esta tendencia animista.
¿Qué es el animismo? Pues es la creencia, arraigada en el ser humano desde la prehistoria, de que en todos los seres y fenómenos atmosféricos hay un principio vital. El animismo es lo que permite que seres humanos más o menos razonables como yo, les tengamos miedo a las plantas, por ejemplo. Sin animismo no tendría sentido la mayor parte del terror basado en objetos que cobran vida.
5 Edgard Allan Poe contra Plinio el Joven: duelo de casas encantadas
¿Por qué la casa Usher es una casa encantada de verdad y la de Plinio el Joven, no?
Recordemos que en aquella mansión ateniense los fenómenos extraños procedían de un fantasma que buscaba un enterramiento digno.
En cambio, la casa Usher tiene personalidad propia y se convierte en un personaje más del relato.
Aunque domatofobia y claustrofobia son miedos diferentes, Poe emplea ambos en esta historia.
6 Cómo escribir tu propio relato o libro sobre casas encantadas paso a paso
Elige si tu casa va ser como la de Plinio el Joven o como la de Poe. O sea, escoge entre domatofobia pura y fantasmas.
Para diseñar los acontecimientos de tu historia es preciso que sepas si tu casa es un escenario solamente o también un personaje. Dependiendo de lo que decidas, tendrás que tratarla de una manera o de otra.
Trabaja en la ambientación
Las casas encantadas dan miedo por la historia que cuentan, pero también por su aspecto.
No es necesario que tu casa encantada provoque domatofobia porque es antigua. Basta con que esté abandonada. En mi pueblo había un chalet al que le inventamos un médico que había asesinado a su mujer. Era un edificio moderno, pero estaba vacío.
Dar a la casa características humanas siempre va bien, pero no te pases con los clichés: nada de ventanas como ojos, por favor, salvo que quieras escribir un capítulo de Scooby Doo.
Cuidado con los personajes
¿Por qué se meten tus personajes en una casa encantada? No es la primera vez que hablo del argumento, de los motivos, de que lo que sucede en tu historia tiene que ser coherente y tener sentido.
¿Sabes dónde se explica muy bien que unos personajes más o menos inocentes acaben en lugares que no son inocentes en absoluto? En Sinister y en El Resplandor.
Échale imaginación a la trama
Recuerda que se trata de crear tensión introduciendo obstáculos y pistas.
Puedes escribir tus historias de domatofobia y casas encantadas con estructura de novela policiaca o centrarte directamente en el terror.
Te lo juegas todo en el clímax. ¡Recuérdalo!
Poe decide tirar abajo la casa Usher. ¿Qué harás tú? Recuerda que el clímax debe estar cargado de significado, que no se trata tanto de poner explosiones como de que lo que suceda remueva por dentro a las protagonistas y a tus lectoras.
7 Algunos libros sobre domatofobia y casas encantadas
Lo mejor para escribir una buena historia de miedo con casas encantadas es leer un montón, así que aquí te dejo algunas.
La casa en el confín de la tierra, de W.H. Hodgson
Hodgson fue una de las grandes influencias de HP Lovecraft y solo por eso merece la pena echarle un vistazo a esta novela sobre casas embrujadas. Terror cósmico, criaturas abisales y una pequeña casita irlandesa. Se dice que esta es la mejor obra de Hodgson, así que ¿por qué no echarle un vistazo en nuestra búsqueda de domatofobia literaria?
Sinopsis: Dos viajeros consiguen un extraño manuscrito en una misteriosa y remota casa de la Irlanda rural. Las palabras encontradas cuentan la maravillosa y escalofriante historia de un ermitaño y sus tenebrosas vivencias en una casa maldita y fuera de los límites de la razón.
La casa Infernal, de Richard Matheson
Matheson es un clásico moderno y hay que leerlo. Fin.
En La casa Infernal se adentra en el universo de las casas encantadas con otra de las premisas más conocidas del mundo del terror: un millonario excéntrico quiere estudiar la casa más peligrosa del mundo y para ello lleva allí a cuatro desconocidos, entre ellos al único superviviente de otra expedición al interior de la casa. ¿Qué puede salir mal?
Sinopsis: En 1940 una expedición de cinco personas se internó en la infame Casa Belasco para desentrañar los misterios de la que era considerada como la casa más peligrosa del mundo. Sólo uno de ellos consiguió salir con vida.
Treinta años después, el millonario Rolf Randolph Deutsch contrata a cuatro extraños, entre ellos el único superviviente de la masacre de 1940, para demostrar la existencia de la vida después de la muerte. Para ello deberán pasar una semana en la Casa Belasco. La Casa Infernal les ha permitido entrar, pero ¿los dejará salir?
El resplandor, de Stephen King
¿Quién no conoce al menos la versión cinematográfica de esta novela de King? No es de mis favoritas, pero sí supone un maravilloso ejemplo de edificio que justifica la domatofobia. El hotel Overlook está vivo, tienen un corazón, venas, sangre y recuerdos. De todo ello, quizá los recuerdos de lo sucedido en las habitaciones sea lo más peligroso.
Pero no te engañes: no es que los acontecimientos del pasado atrapen a sus protagonistas en forma de fantasmas. El hotel es el que saca a la luz lo peor de sus huéspedes y luego los obliga a permanecer encerrados.
¿Es el Overlook la nueva casa Usher? No lo dudes: lo es.
Sinopsis: Danny tenía cinco años, y a esa edad poco niños saben que los espejos invierten las imágenes y menos aún saben diferenciar entre realidad y fantasía. Pero Danny tenía pruebas de que sus fantasías relacionadas con el resplandor del espejo acabarían cumpliéndose: REDRUM... MURDER, asesinato.
Pero su padre necesitaba aquel trabajo en el hotel. Danny sabía que su madre pensaba en el divorcio y que su padre se obsesionaba con algo muy malo, tan malo como la muerte y el suicidio. Sí, su padre necesitaba aceptar la propuesta de cuidar de aquel hotel de lujo de más de cien habitaciones, aislado por la nieve durante seis meses. Hasta el deshielo iban a estar solos. ¿Solos?...
Otra vuelta de tuerca, de Henry James
Nos encontramos ante uno de los grandes clásicos del subgénero de casas encantadas. Henry James era un grandísimo escritor y en Otra vuelta de Tuerca trabaja con el terror sicológico con total maestría.
En esta novela nos encontramos con una institutriz que debe proteger a sus alumnos de los fantasmas que los asedian en una casona aislada, que habla de los peligros de la bondad y que se puede leer como metáfora de la literatura. Imperdible no solo si te interesan la domatofobia y las casas embrujadas, sino si disfrutas leyendo, en general.
Sinopsis: Una joven institutriz es enviada a una casa de campo para hacerse cargo de dos niños huérfanos, Miles y Flora. Inquieta por un presagio oscuro dentro de casa, empieza a creer que algo o alguien malévolo está acechando a los niños. ¿Se trata de una presencia maligna y fantasmal o de una manifestación de algo completamente diferente?
La maldición de Hill House, de Shirley Jackson
Shirley Jackson es la dueña y señora de todas las casas encantadas del universo, así que La maldición de Hill House no podía faltar en esta lista de recomendaciones de novelas de casas encantadas.
La versión de Netflix es una adaptación muy libre de una novela que se basa en la premisa típica: un escritor quiere documentarse para escribir un libro sobre casas encantadas y pide ayuda a un grupo de voluntarios que se trasladarán al edificio embrujado. ¿Recuerdas lo que te decía de buscar un motivo potente para meter a tus personajes en casas encantadas? Pues este es un buen ejemplo.
Sinopsis: La maldición de Hill House (The Haunting of Hill House, 1959), considerada una de las principales novelas de horror del siglo XX, narra el inquietante experimento de John Montague, doctor en Filosofía y antropólogo, que lleva años entregado al estudio de «las perturbaciones psíquicas» que suelen manifestarse en las «casas encantadas».
Infructuosamente ha buscado una casa idónea, cuando un día oye hablar de Hill House, una mansión solitaria y de siniestra reputación. Montague decide alquilarla y busca ayudantes dispuestos a pasar una temporada en ella: Eleanor, una mujer desdichada que, tras once años cuidando a su arisca madre inválida, se ha vuelto una persona solitaria; Theodora, joven alegre y curiosa, seleccionada por su increíble capacidad telepática; y Luke, vividor y mentiroso, incluido en el grupo por exigencia de la propietaria, su tía. El objetivo: tomar notas de cualquier fenómeno paranormal que se presente para documentar el libro sobre casas encantadas que prepara el doctor. Las alucinantes experiencias que vivirán en la casa
será mejor que el lector las descubra por sí mismo.
Locke & Key, de Joe Hill y Gabriel Rodríguez
Locke & Key es terror de casas encantadas en formato cómic que Netflix ha llevado a la pantalla con cierta solvencia. La casa embrujada es parte de la trama por sí misma y tiene el atractivo de que cuenta con llaves mágicas que abren todo tipo de puertas: desde entradas a cualquier lugar del mundo hasta la puerta al interior del cerebro de la persona elegida. Una locura imaginativa y original a la que merece la pena echar un vistazo.
Sinopsis: En Nueva Inglaterra hay una vieja mansión cuyas fabulosas puertas transforman a todo el que se atreve a cruzarlas. El pasado de la familia Locke vuelve para atormentar a sus actuales miembros, en un escalofriante cómic en el que Hill demuestra una capacidad para la narrativa, la invención y la originalidad equiparable a la de su padre, Stephen King.
Casa de hojas, de Mark Z. Danielewski
Una vez más, una familia en riesgo de debacle personal se muda a una casa nueva para comenzar desde cero. Todo parece ir bien hasta que el protagonista se da cuenta de un pequeño detalle sin importancia: el interior de la casa es más grande que el exterior. Misterio y terror de casas encantadas que le da una vuelta al género y que por tanto hay que tener en cuenta.
Sinopsis: Will Navidson, un famoso fotoperiodista premiado con el Pulitzer, se traslada con su familia a una casa del entorno rural de Virginia en un intento de salvar su matrimonio, seriamente perjudicado por sus continuos viajes y su adicción al trabajo. Pronto, Will descubre que la casa presenta una anomalía singular: su espacio interior es ligeramente más grande que el que debería ocupar según sus dimensiones exteriores. Así comienza El expediente Navidson, un fascinante documento que narra los sucesos acaecidos en la casa de Ash Tree Lane, la Casa de hojas. Navidson tratará de averiguar qué secreto esconde la casa, mientras procura poner a salvo a su familia con el apoyo de su hermano gemelo Tom, y recurriendo a todos los medios a su alcance, incluida una temeraria expedición espeleológica. Mientras Will se enfrenta a los peligros de esa casa encantada, Johnny Truant, un joven tatuador de con problemas con las drogas, malvive en un sucio apartamento de Los Ángeles. Las historias de Truant y Navidson se entrelazarán gracias a un hallazgo que cambiará la vida de todos los personajes inolvidables que recorren esta novela monumental.
La mujer de negro, de Susan Hill
Un joven abogado debe acudir a una casa encantada donde, cada vez que alguien ve el espectro de la mujer de negro, muere un niño. El tiempo le mostrará que esta leyenda es en realidad una tradición que ha afectado hondamente a su familia a lo largo de los años. Una novela larga llena de intriga que entronca a las mil maravillas con el más clásico horror gótico.
Sinopsis oficial: Cuando el joven abogado Arthur Kipps recibe el encargo de viajar a un pueblo remoto del interior rodeado de marismas brumosas para asistir al entierro de una anciana no puede ni imaginar lo que le espera, y sólo ve en ello la posibilidad de progresar profesionalmente, lo que quizá le permita finalmente casarse. Mientras intenta poner orden en el legado de la difunta, empieza a ver una extraña aparición y se introduce en una historia que los lugareños intentan olvidar: la de una madre soltera que tuvo que dejar a su hijo al cuidado de su hermana, pero el niño se hundió en las marismas mientras su madre biológica lo miraba todo impotente desde su ventana. Según dice la tradición, siempre que alguien ve al espectro de la madre, muere un niño, y a la larga Arthur Kipps comprobará en su propia familia hasta qué punto esa tradición es cierta. Susan Hill demuestra conocer muy bien tanto los elementos más recurrentes de la novela gótica como los mecanismos que hacen que resulten tan efectivos. Sin embargo, su verdadero talento consiste en dotar de una modernidad asombrosa todos estos recursos y conseguir que el lector se sorprenda y atemorice como si fuera la primera vez que lee una historia de fantasmas. Tras haber vendido más de un millón de ejemplares en todo el mundo, llevada a los escenarios reiteradamente y con enorme éxito, y adaptada tanto a la radio como a la televisión, esta estremecedora historia ha sido adaptada para la gran pantalla en una espectacular versión dirigida por James Watkins y protagonizada por Daniel Radcliffe.
El hotel encantado, de Wilkie Collins
Los fantasmas que ocupan este hotel encantado tienen menos que ver con apariciones que asustan que con los sentimientos más oscuros de sus huéspedes. Nos encontramos pues ante una mezcla de terror de casas encantadas, domatofobia y horror sicológico de la mano de un maestro.
Sinopsis oficial: Suspense y fantasía, angustia y espanto... Estas y otras emociones se dan cita en El hotel encantado, magistral novela de fantasmas de Wilkie Collins. El escritor victoriano nos conduce, con su hábil pluma, desde un misterio cotidiano hasta los más insondables abismos del horror. El hotel encantado describe los sucesos sobrenaturales que tienen lugar en un decadente palacio veneciano transformado en hotel. En el viejo edificio, el mal más abyecto acecha al lector mientras camina por sus pasillos y habitaciones, mientras acompaña a sus inolvidables protagonistas en sus sueños y pesadillas, hasta descubrir, de la mano del terror, el espejo en el que se reflejan las más oscuras fronteras del alma humana. Wilkie Collins es el maestro de la trama, la zozobra y los desenlaces imprevisibles.
Las madres negras, de Patricia Esteban Erlés
La propia estructura de Las madres negras es una casa encantada. Las cubiertas del libro contienen habitaciones, mazmorras, pasillos que se desdoblan y ventanas lloronas. Cada capítulo es un cuarto cerrado, un relato y, juntos, forman la novela y construyen la casa encantada en un juego bello, conmovedor, triste y oscuro.
Sinopsis: En el convento de Santa Vela vive recluido un grupo de niñas huérfanas, víctimas de destinos oscuros y malhadados. Quienes las han llevado hasta allí para buscarles un futuro mejor ignoran que el convento está regido por la hermana Priscia, una mujer que solo entiende la entrega a Dios desde el fanatismo ideológico y el castigo del cuerpo y del alma. Ese universo cerrado parece obedecer en todo a la hermana Priscia hasta que una de las niñas, de nombre Mida, anuncia que Dios se le ha aparecido para decirle que Él no existe. Con estos mimbres, Patricia Esteban Erlés construye una novela llena de sensibilidad, profunda y cautivadora sobre la relación entre creencia y conocimiento, ciencia y fe, fanatismo y razón, con el conflicto siempre latente entre el mundo de los adultos y el de la infancia. Esta novela de Patricia Esteban Erlés, conocida hasta ahora por la extraordinaria calidad de sus cuentos, mereció el IV Premio Dos Passos concedido por unanimidad por un jurado compuesto por Pilar Adón, Marcos Giralt Torrente, Manuel Longares, Fernando Marías, Inés Martín Rodrigo, Clara Sánchez y Santos Sanz Villanueva.
La chica descalza en la colina de los arándanos, de Nieves Mories
Siempre que puedo hablo de Nieves Mories, así que no iba a dejar de hacerlo cuando La chica descalza en la colina de los arándanos es una obra de casas encantadas en la que además el edificio tiene valor por sí mismo.
La protagonista muere en el primer capítulo y luego se pasa el resto de la novela corta tratando de descubrir por qué. La domatofobia se revela hacia al final, pero la obra está llena de detalles que pintan un mundo, el nuestro, de colores sombríos. Si no la has leído, debes.
Casa tomada, de Julio Cortázar
Casa tomada es uno de los relatos más inquietantes y redondos de Cortázar. En esta casa encantada también hay dos hermanos, como en la mansión Usher. Pero nunca sabemos lo que pasa. Solo conocemos la presencia de unos seres que empujan, que presionan, que hacen todo lo posible para que los habitantes de la casa la desalojen. La atmósfera es opresiva, ominosa. Una delicia que se lee casi sin sentir pero que se te queda agazapada y de vez en cuando te recuerda su existencia.
Los escarabajos vuelan al atardecer, de María Gripe
Recuerdo este libro con casa encantada con especial cariño. Mi hermana pequeña me descubrió a María Gripe cuando yo ya leía libros de adultos, y me hizo el mayor regalo. En esta novela juvenil se mezclan cartas antiguas con historias de amor y una partida de ajedrez. Ya lo recomendaba en este post sobre novelas juveniles y no me cansaré de hacerlo.
Sinopsis: Una casa deshabitada. Tres amigos con todo el verano por delante. Unas cartas antiguas que hablan de un misterio y de un terrible maleficio. Una partida de ajedrez en la que hay mucho en juego. Y los escarabajos, que aparecen en los lugares más insospechados. Quizá, después de tanto tiempo, ha llegado el momento de resolver el enigma que esconde la quinta Selander.
Infestación: una historia cultural de las casas encantadas, de Erica Couto Ferreira
Un ensayo estupendo que habla de todo lo que comento yo en este artículo y de mucho más. Perfecto si te gustan los libros sobre casa encantadas y, sobre todo, los relatos. Analiza muchos de ellos y los pone en contexto. En fin, el nombre del ensayo ya explica su contenido.
Simón dice, de Alicia Pérez Gil
Pilar lleva dos años sin hablar, desde aquel accidente que terminó con la vida de su prima pequeña. Cree que si abre la boca algo terrible sucederá. Pero el barrio se puebla de gente extraña y una preciosa niña, muy parecida a su querida Susi, necesita su ayuda.¿Qué pasará cuando Pilar, por fin, hable?
8 La casa encantada; cuento completo
Una joven tuvo una noche un extraño sueño: caminaba por un sendero retorcido y lleno de baches que ascendía por una colina y atravesaba un espeso bosque. El paisaje era escalofriante, pero todo estaba en calma y reinaba el silencio.
Cuando llegó a lo más alto de la colina, la chica descubrió una pequeña casa blanca, rodeada por un hermoso jardín. Llena de curiosidad, llamó a la puerta y, al poco tiempo, abrió un anciano que tenía una larga barba blanca. Iba a ahcerle una pregunta, pero, cuando empezó a hablar, se despertó del sueño y, no solo no pudo hacérsela, sino que se olvidó completamente de ella.
Por algún motivo, el sueño la perturbaba. No podía dejar de pensar en él. Por si eso fuera poco, durante las tres noches siguientes volvió asoñar lo mismo. De nuevo se veía andando por aquel sendero, una vez más se encontraba con la casa blanca y siempre, siempre, se despertaba en el mismo instante, justo cuando empezaba a hablar con el anciano de larga barba blanca.
Pocas semanas después, la joven se dirigía en coche a la casa de unos amigos que daban una fiesta. Pero a mitad de trayacto reconoció el sendero de su sueño, así que detuvo el coche y comenzó a subir por la empinada colina.
Al final, allí estaba la casa blanca de sus sueños.
No lo dudó y llamó a la puerta. Y sí, tal y como esperaba, abrió el anciano de la barba blanca. Segura de que en esa ocasión no se despertaría, aprovechó para preguntar:
— Dígame, señor, ¿se vende esta casa?
—Sí-contestó él—Pero no le recomiendo que la compre.
—¿Por qué?—se extrañó ella.
—Porque en esta casa habita un fantasma.
—¿Un fantasma? ¿De quién?
—El suyo.
Y el anciano cerró la puerta con suavidad.
Hasta aquí este artículo sobre libros sobre casas encantadas. Esta misma semana analizaremos el relato en nuestro club de lectura. Si quieres unirte, suscríbete a La Escribeteca.
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