🐣 Alicia está tranquilamente en casa, sola, escuchando la radio. Las noticias hablan de unos ladrones que atacan a ancianas para robarles la medicación. Vive en un sexto piso y no tiene móvil ni internet. No está bien de salud y además carece de habilidades sociales. Es una viejecita huraña y lastimosa, más bien frágil.

🐣 Oye un ruido. Parece que alguien ha forzado la puerta de su casa.

🐣 Se esconde al instante al oír el ruido. No le da tiempo ni de asustarse, se esconde casi por reflejo.

Ejemplo:

🐣 Espera a que quien sea se vaya de la casa. Mientras espera, oculta bajo la cama, se va poniendo cada vez más nerviosa. Hasta que por fin oye un portazo que le hace retumbar la cabeza y unos pasos que se alejan escalera abajo.

🐣 Sale de su escondite para ver qué ha pasado. No es que haya mucho que robar en su casa, pero a algo habrán ido los rateros, se dice.

🐣Todo está normal en el salón, no han entrado en la habitación así que solo han podido entrar en la cocina, que, efectivamente, está hecha cisco. Le da un ataque de miedo porque sospecha lo que ha pasado.

🐣 Descubre que, efectivamente, se han llevado sus medicinas y la comida. Si no se medica enseguida, su enfermedad avanzará y su calidad de vida empeorará muy rápido. Se pone unos auriculares y la misma emisora de radio que estaba escuchando.

🐣 Se viste muy despacio porque no quiere salir de casa. Odia salir de casa, pero debe hacerlo. Cuando por fin está lista, resulta que no puede abrir la puerta porque los ladrones se han cargado la cerradura y han dado un portazo tremendo y la han encajado.

🐣 No se permite tener un segundo ataque de pánico. Necesita las medicinas.

La locutora de radio se dirige directamente a ella y le dice lo que tiene que hacer. No va a poder romper la puerta, pero si puede coger un cuchillo de la cocina y tratar de forzar lo que queda de la cerradura.

Tras algunos forcejeos y una pelea consigo misma porque no le parece nada normal que la radio le hable, consigue salir.

🐣 No hay luz en el portal y todo está oscuro.

🐣 Trata de avanzar, pero los ladrones dejaron caer algo, se tropieza y se tuerce un tobillo. A partir de ahora, a la presión de la hora de la medicina, se añade la cojera.

🐣 Se pregunta si no habría sido mejor quedarse en el sillón y que los ladrones la desnucasen. Tampoco es que su vida le pareciera la octava maravilla y no entiende su empeño en conservarla. Odia la inercia y a la gente que hace cosas por inercia. Se odia a ella misma.

La locutora de radio mete baza para animarla y ella se quita los cascos porque no está el horno para bollos.

🐣 Oye otro portazo. Alguien, quizá la misma persona o personas, han asaltado otro piso.

🐣 Piensa en subir de nuevo y que le den a la medicación. El ladrón le da mucho más miedo que la muerte. Además, su enfermedad no es dolorosa, solo es rápida y letal. Puede morir escuchando la radio, cómoda en su sillón. Aunque tendrá que cambiar de emisora porque no aguanta a la tipa que le habla como si la conociera de toda la vida.

Pero decide bajar porque asustarse y esconderse es lo que la ha metido en este lío: si no se hubiera escondido, quizá los ladrones no se habrían llevado las medicinas.

🐣 Se da cuenta de que no hay barandilla. Aun así, decide bajar arrastrándose. Oye otro portazo y decide que tiene que avisar a la policía porque sus vecinos también están en peligro.

🐣 Baja muy despacio, hay polvo en la escalera, quizá algún bicho. Cuanto más baja, pero huele porque la ventilación por le patio de luces es mala. La luz tampoco es muy buena, así que todo sigue en penumbra.

🐣 Oye chillidos como de rata, algo le pasa por encima de la mano, se corta con un trozo de baldosa del suelo, se quiere poner de pie cuando llega al descansillo, pero le fallan las piernas y se cae.

🐣 Le ha dolido, pero no ha oído ningún crack. Tampoco más portazos. Sí que le parece que hay voces más allá de las de la pesada de la locutora que ahora ya no la anima, sino que le va recordando una a una todas las cosas que podrían salir mal.

🐣 Se quita los cascos, lanza el transistor a freír monas y se pone en pie. Un par de pasos vacilantes más adelante la barandilla existe y parece sólida, así que ella baja un piso más. Sigue oliendo mal, siguen sonando las ratas y no hay luz, pero esta mujer está ya curada de espanto.

🐣 ¡Aparece el ladrón!

🐣 El hombre le parece inmenso, gigante, amenazador. Y se acerca a ella sin dudar. Lleva lo que parece una enorme bolsa de basura que cruje cuando la mueve.

🐣 Ella solloza, se le caen los mocos, recula. Retrocede varios pasos. Como está coja, no va derecha. El ladrón se lanza sobre ella, ella se tropieza y él se cae por el hueco de la escalera porque en ese tramo no había (que concuerde con el punto 18/19).

🐣 Le dan ganas de contarle a la locutora lo que acaba de hacer, así que, sin un solo pensamiento de duda o culpa, busca el transistor, se lo pone y no hace falta que diga nada, la voz ya la está felicitando por su gran actuación

🐣 Las dos, tan amigas, deciden que hay que ir a la farmacia y a la policía pero con cuidado porque solo se ha caído tres pisos el ladrón, así que lo mismo no está muerto. Lo que pasa es que tampoco pueden hacer nada más que seguir bajando.

🐣 Se lo encuentra, parece que respira, ella trata de rodearlo, no hay mucho espacio, pero la puerta está al otro lado. Si se da prisa (cosa que no será fácil por el cansancio, la cojera y porque ya siente la falta de medicación), podrá salir y pedir ayuda.

🐣 Pasa, pero en el último momento él la agarra del tobillo y la desestabiliza. Por suerte, cae sobre él. Y entonces la voz de la locutora le dice lo que tiene que hacer, ella se quita los auriculares, se incrpora como puede porque el ladrón está bastante hecho polvo y en realidad no puede hacer nada, así que ella podría escapar, pero se sienta a horcajadas sobre él y lo estrangula con el cable.

🐣 Se carga el cable, no tiene auriculares pero ya está todo el pescado vendido, así que va a la puerta del portal, sale a la calle, ve la farmacia al otro lado de la carretera y al final del relato la voz de la locutora suena dentro de su cabeza y le dice: primero la medicación, luego la policía.