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Los obstáculos en la novela



Los obstáculos en la novela están muy relacionados con la creación del ritmo. Y también y sobre todo con la creación y la disipación de la TENSIÓN. Ya sabéis, eso que tiene que ir aumentando desde el comienzo de vuestra obra hasta terminar en el clímax, donde todo se resuelve.


Una película como Indiana Jones es de ritmo ágil. Los obstáculos se suceden sin cesar y el profesor Jones debe salvarlos para acercarse cada vez más a su objetivo. En obras más reflexivas suele haber menos obstáculos y salvarlos requiere más tiempo de lectura. Se dice de este tipo de narraciones que son más lentas.


Si con cada obstáculo haces que la tensión general aumente, también debes ser capaz de que, al resolver cada uno de ellos, la tensión puntual, la de ese momento, se disuelva. Tu protagonista va cuesta arriba y saltando vallas. De tal manera que tu lectora respira y se relaja después de cada prueba, pero en realidad va acumulando tensión porque cada una de esas pruebas la acerca más al momento de tensión por excelencia, que es el clímax.


Tipos de tensión y tipos de obstáculos en la novela


Existen dos tipos de tensión y dos tipos de obstáculos asociados a la creación de esos tipos de tensión.

  • Tensión continuada: es la que se deriva de la lucha por la consecución del objetivo principal de la protagonista. O sea, la tensión derivada del conflicto.

  • Tensión puntual: la que se deriva de salvar los obstáculos puntuales que vamos lanzándoles a nuestros personajes.

Atendiendo a su origen, también hay dos tipos de obstáculos en la novela:

  • Internos: los que nacen de la propia protagonista; de su educación, posición social, limitaciones emocionales o físicas, etc.

  • Externos: los que tú, ¡Oh, Diosa creadora de su vida, sus miserias y sus alegrías!, le lanzas.

Si en vez de una obra literaria estuvieras escribiendo un guion para El Grand Prix, los obstáculos externos serían las pruebas (el clímax posiblemente fuera la vaquilla) y los obstáculos internos, la forma física de los concursantes, o su pánico escénico si lo tuvieran.



Tipos de progresión de los obstáculos


Progresión social


En obras donde el tema y la extensión lo permiten, la historia suele comenzar con muy pocos personajes involucrados. Fíjate en Barro. Empieza con Alicia y su madre para pasar a hablar de sus amigas y más tarde de las habitantes de un mundo nuevo.


Lo que ocurre es que las acciones de la protagonista la afectan a sí misma, más tarde se extienden a su entorno más cercano y, en una última fase, pueden tener consecuencias sobre toda la humanidad.


Progresión personal


Cuando por extensión o por temática una novela no nos permite ramificar hacia fuera, la solución es profundizar hacia el interior. Toda la producción de novelas intimistas y reflexivas encaja en este tipo de progresión.


El conflicto suele ser personal e interno y para solucionarlo la protagonista debe conocerse a sí misma más profundamente y comprenderse mejor.


Progresión simbólica


Esto es algo que a veces sucede un poco por arte de magia. Se trata de ir desde lo particular a lo universal o desde lo específico a lo arquetípico. ¿Cómo se hace? Se narran al principio acciones que solo se representan a sí mismas y a medida que avanza el relato empiezan a usarse elementos con mayor carga universal.


Sarah Connor pasa de camarera a diosa madre mediante una huida más bien azarosa por las calles de Los Ángeles, que funcionan como un laberinto clásico. Terminator nos cuenta la historia de unos robots que persiguen a una persona aparentemente normal. A medida que la historia avanza, nos enteramos de que la vida de Sarah es crucial para la historia porque tiene que dar a luz al salvador. Como la virgen María, Sarah Connor dará a luz al elegido. Curiosamente, las iniciales de ese elegido son J. C.


Progresión irónica


Cuando las protagonistas realizan un tipo determinado de acciones y estas conducen a resultados no esperados hablamos de progresión irónica. El resultado de las decisiones de los personajes es agridulce.


En Stardust, de Neil Gaiman, el protagonista sale en busca de una estrella que le ganará el amor de la mujer a la que quiere conseguir. La aventura lo aleja de esa mujer, pero lo acerca al amor verdadero.


La clave para crear una buena progresión irónica es jugar con la certeza y la precisión. Los personajes actúan convencidos de que sus acciones los llevarán a un lugar determinado, pero esto resulta no ser así.


Obstáculos y transición


¿Cómo se pasa de la narración de un obstáculo al siguiente? Hay muchas formas de crear transiciones. La más clásica y menos complicada es colocar un símbolo determinado, un carácter (tres asteriscos, por ejemplo) para marcar el cambio de escena. O un doble Intro. O simplemente señalar el cambio de capítulo con un número.


Sin embargo, tu lectora agradecerá que existan conexiones entre un capítulo y el siguiente. Aunque ambos los protagonicen personajes diferentes. Puedes lograr esto usando alguno de los siguientes elementos de transición y cohesión:


  1. Elementos de caracterización de personajes, que pueden ser correlativos o pueden funcionar por contraste. Niños desastre, muy desordenados, que siguen siéndolo de adultos. Puedes mostrar el desorden en sus habitaciones. O el mismo niño desastroso que se convierte en un hombre pulcro y elegante… pero tiene un cajón desorganizado que revela que todavía queda algo de su antiguo yo.

  2. Una acción que se repite en ambas escenas o que evoluciona de una a otra. Por ejemplo, si se ha salvado un obstáculo con una lucha a muerte, el siguiente fragmento puede empezar con la heroína curándose las heridas.

  3. Un motivo que se repite. La lista de nombres de Arya Stark es un motivo que se repite tantas veces que casi somos capaces de identificar en qué momento de su vida está solo repitiéndola.

  4. Una palabra. No tiene por qué tratarse de una palabra que haga referencia a un objetivo. Un recuerdo que se haya asociado a una palabra concreta aparecerá en la mente de la lectora cada vez que lea esa palabra en tu obra. Así podrás unir los diferentes fragmentos de tu narración.

  5. El paisaje o un sonido que se repite o que es muy similar en dos escenas consecutivas servirá de nexo de unión entre ambas.

Intenta estudiar un par de escenas seguidas aleatorias de una buena obra y busca sus elementos de unión.


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