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Clichés de la fantasía que conviene evitar

Actualizado: 22 mar 2022


La fantasía, ese género literario donde parece que cabe todo y a pesar de ello siempre muestra cosas parecidas. ¿No te da la sensación de que los libros de fantasía son calcos unos de otros? ¿No te aburre ver repetida la misma historia con distintos ropajes? A mí sí, lo confieso. Detesto los clichés de la fantasía, aunque algunos me gustan menos que otros. De todas formas, que a mí me gusten o no es lo de menos. Lo que importa es no cansar a las lectoras. Por eso yo me inclino por la fantasía poco convencional.

La cuestión es que, antes de construir un edificio nuevo; es decir, antes de escribir un libro de fantasía poco convencional, hace falta saber cuáles son las convenciones del género.

No hay que darle muchas vueltas al asunto. En cuanto repasas los libros de fantasía más recomendados, te das cuenta de lo que la mayoría de ellos tienen en común. Y esos precisamente son los clichés de la fantasía de los que es buena idea deshacerse.

¿Quiere esto decir que hay que quemar toda la fantasía que se ha hecho hasta ahora?

No. Lo que debemos hacer es escribir las obras que queremos leer.






¿Qué es un cliché? ¿En qué se diferencia de un tropo?


Como dicen nuestros amigos, cuya web siempre viene bien tener a mano, de TV tropes, un tropo es una convención, un atajo para describir situaciones que asumimos que nuestra audiencia ya conoce. Es lo que hace Laura Gallego en Todas las hadas del reino, por ejemplo, con sus maravillosa elipsis.

Los tropos no son lo mismo que los clichés. Los tropos son antiquísimos, pero parecen nuevos y siempre están vigentes. No son buenos ni malos, son herramientas que, como autoras, podemos utilizar con libertad. De hecho, es prácticamente imposible crear una historia sin tropos.


Ahora bien, un cliché es distinto. Tal y como dice el Diccionario de términos literarios de María Platas Tasende (que uso mucho), un cliché es:



Un cliché es algo que se ha usado tantas veces que no quiere decir nada. Platas Tasende habla únicamente de expresiones. Sin embargo, hay escenarios y hasta tramas completas que pueden considerarse clichés en sí mismos. De ellos hablamos a continuación.


Clichés de la fantasía que empobrecen tu historia


1 El típico héroe que rescata a las típicas damas en apuros



Frodo, Conan, Drizz, Tanis el Semielfo, Raistlin Majere en su propia saga, el witcher, Kvothe (que además me cae especialmente mal).

Todos los anteriores son héroes. Cierto que entre ellos se parecen poco (al menos a simple vista) y que unos tienen más carisma que otros. Pero ¿en serio? ¿Siempre tiene que haber un hombre a la cabeza de la trama? Un líder más o menos indiscutible al que los demás siguen y de quien depende la solución del conflicto.


¿No estás un poco cansada?


Afortunadamente, cada vez hay más libros de fantasía protagonizados por mujeres, como muchos de los de Victoria Schwab, los de Naomi Novik o los de Leigh Bardugo (el triunvirato de reinas del que oiréis hablar mucho en este blog). En Español contamos con las protagonistas de Nieves Mories, con las mías propias y con varias otras. Así que este cliché de la fantasía ya no es tan omnipotete, pero queda mucho camino por recorrer.


2 El bien y el mal a la conquista / conservación del mundo

Esto me agota. Y dicen que la baja fantasía limita el conflicto al poder por un reino en lugar de centrarse en el conflicto entre las fuerzas del bien y las del mal. Pero ¿no es un poco lo mismo? Al final, en novela fantástica como en gran parte de la narrativa, el mundo que existe es el que la autora decide presentarnos. Que las cosas sucedan en Cimmeria, la Tierra Media o en una pequeña aldea gala (fantasía histórica y comedia, eso es Asterix) ¿no es delimitar el mundo en lugar de cambiar el conflicto? Desde mi punto de vista, este es uno de los clichñes de la fantasía más aburridos y el motivo por el que me dejé a medias El priorato del naranjoI, a pesar de que sus protagonistas no son héroes clásicos.

Resulta mucho más interesante, o al menos enriquece el panorama, tratar otras cuestiones. Por ejemplo, diseñar un mundo en el que no existan el bien y el mal absolutos, sino un modo más o menos dañino de comportarse. En este mundo, cada persona tendría la libertad (o no) de elegir cómo se comporta. Imagina un libro de fantasía en el que no haya luchas por el poder porque, qué sé yo, no haya un poder establecido, sino un código que se equilibra a sí mismo.


Puede ser más complejo de construir, pero seguro que las lectoras se lo beben sin respirar solo por el cambio.


3 El medievo europeo (o eso a lo que llaman medievo europeo, ya sabes a qué nos referimos)



No sé si es porque no sabemos concebir mundos pretecnológicos sin imaginarnos castillos, almenas y espantosos sistemas de vasallaje, pero ¿no os cansan los mismos paisajes de siempre? Esos campesinos, esos caballeros, la guardia de la ciudad, los posaderos… En ocasiones tengo la sensación de que toda la literatura de fantasía que leo está ambientada en una partida de rol de AD&D. En algunos casos con variaciones. Pienso en Terramar o en Los Dones y se me pasa la indignación. Si no los conoces, echa un vistazo. Ursula K Leguin es una maestra en manejar bien los tropos sin caer en los clichés de la fantasía.

El mundo de los sueños nos ofrece múltiples opciones en lo que a mundos no tecnológicos se refiere. Ojalá hubiera más autoras interesadas en inventar nuevos sistemas económicos no basados en la explotación y edificios cuya función principal no fuera la defensa contra el enemigo o la delimitación de clases sociales.


4 Historia de amor como trama secundaria

Porque los héroes de las novelas de fantasía no pueden entretenerse viendo la tele (es el llamado medievo). Así que les colocan un interés amoroso que sirva como obstáculo a la consecución del objetivo principal. O de objetivo extra.

Y digo yo ¿Por qué no te quitas la máscara y escribes una novela romántica con magia? Que no pasa nada. Ojalá se hiciera más. Pero sin tapujos. Nada de novela de fantasía con romance. No: novela romántica con elementos fantásticos. Sería un cambio agradable y fresco, la verdad.


5 No sin mis enanos, no sin mis elfos

Si hay algo que agradecer a Roahl Dhal y a Michael Ende, entre otros, es que prescindieran de razas de ascendencia tolkeniana. Charlie y la fábrica de chocolate o La historia interminable son magníficas y diferentes. Absolutamente poco convencionales. Y creo que ambos autores son una inagotable fuente de inspiración. Uno de mis primeros personajes de WoW se llamaba Perellin, como la selva nocturna. Y no diré que me gustan los Oompa Loompas, pero por lo menos son originales y se alejan de los clichés de la fantasía.

Si las nuevas autoras de fantasía quieren jugar con razas nuevas, existe un montón de mitología de la que extraer fauna, flora, y personajes de todo tipo. Exploremos. No se puede abordar la literatura de lo maravilloso sin expandir un poco los horizontes de lo que ya está hecho.


6 Uso tópico de la magia en los libros de fantasía

Lanzar bolas de fuego, cambiar de forma para distraer a los malos, emplearla para hacer el mal… A mí esto me suena a poca imaginación. Es verdad que la magia debe tener unas reglas. Por ejemplo, que si no la usas se te acaba. ¿Por qué a nadie se le ha ocurrido eso? Imaginaos una maga desesperada por poder hacer magia todo el tiempo porque si no se vuelve normal.

Yo creoque hay que emplear los elementos puramente fantásticos de las nuevas novelas de fantasía con un brío nuevo. La magia puede convertirse en una fuente inagotable de conflictos, de problemas, de sinsabores. ¿Por qué quedarse con los clichés de la fantasía de siempre?

7 El traidor

Todo héroe tiene su enamorada (ver punto 4) y toda misión cuenta con su traidor. Como si las cosas no fueran lo suficientemente difíciles por sí mismas en esos mundos fantásticos de Dios, llenos de dragones, ladrones, trileros y mercenarios. No basta con todo eso, no. Hay que hacer que alguien del grupo traicione al héroe. Porque después de siglos de literatura escrita no se nos han ocurrido subtramas nuevas.


Sé que quienes se han dedicado a escribir libros de fantasía y los han publicado han pensado en mucho más. Sé que los mejores libros de fantasía (los mejores de verdad, no los que aparecen en las listas), superan estos clichés con nota. Pero son minoría. Y nosotras, las personas que escribimos y que respetamos a nuestras lectoras, debemos seguir ese camino. El de Ende, el de Dhal, el de Mories, el de Jurado. Escribamos libros de fantasía poco convencional.


¿Sabes cómo empezar a deshacerte de estos clichés de la fantasía?

Fórmate con nosotras, con nuestras guías de lectura. ¡Verás como aprendes a darles la vuelta a las ideas más típicas y consigues obras nuevas, diferentes, únicas!









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