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Finales de novelas que crean adicción



Hace ya algún tiempo, hablamos de cómo empezar un libro, así que bien está que dediquemos esta entrada a los finales de novelas. Yo suelo pensar en ellos como en el equipo posventa de mi libro:

  • Los comerciales hacen su trabajo durante el planteamiento.

  • El equipo de soporte e incidencias, así como los diferentes servicios que prestamos a las lectoras se encuentran en el nudo.

  • Pero lo que de verdad importa, lo que convierte a una lectora casual en una fan que no se perderá ninguno de tus lanzamientos, es el final de la novela.

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Los finales de novelas que funcionan se escriben desde la primera página


No negaré el atractivo de los finales que se basan en sorpresas, pero los que de verdad tienen significado son aquellos que se han venido construyendo desde el principio. Al comienzo planteas un conflicto, en el nudo añades tensión a su alrededor y por fin lo resuelves. Bueno, al final del todo no, un poco antes: en el clímax.


Es como poner todos los ingredientes de una receta en la cazuela y luego, cuando todo está cocinado, darle un buen mordisco y dejar que el sabor te explote en la boca.


La cuestión es que no puedes dejarlo todo en manos del clímax. Para que este funcione tiene que estar cargado de significado y para que tenga significado los personajes tienen que importarnos. Y eso es algo que debes trabajar en el desarrollo de la novela.


Trucos para crear el final de la novela desde el principio

  • Haz que tus personajes encuentren dificultades para conseguir su objetivo y, si es posible, añade sensación de peligro.


  • Varía el ritmo de lo que has escrito. Combina capítulos largos con capítulos más cortos y haz lo propio con las escenas.


  • Haz que los enfrentamientos entre buenas y malas se recrudezcan con el paso del tiempo. Quizá en los primeros capítulos antagonista y protagonista solo se miren mal, luego compitan por algún asunto sin importancia y al final se enzarzarán en la gran pelea de sus vidas. En Una magia más oscura, Victoria Schwabb hace que los enfrentamientos entre Kell y a Holland vayan de menos a más hasta que, en la lucha final, no solo se juegan más, sino que la autora nos muestra el poder de ambos en todo su esplendor, lo que además es impresionante.



Cómo NO escribir finales de novelas


No te saques el final de la manga. Aunque debes sorprender e impactar, los finales de novelas que aparecen por arte de magia no suelen tener éxito. Porque tus lectoras se sienten estafadas. Por lo general, los finales de novelas que funcionan siguen una lógica de causa-efecto. Es tu labor como autora esconder de manera inteligente las causas a las que corresponden los efectos hasta el momento oportuno.


¿De dónde surgen los finales ilógicos y poco satisfactorios? Por lo general de una mala planificación de la trama que te obliga a hacer que tus personajes vayan equipados con un extra de buena suerte para salirse con la suya y, claro, lo consigan.


Lo mejor es echar un vistazo a los capítulos donde se toman decisiones importantes o en los que has colocado consecuencias de mucho peso cuando planeabas la novela (o cuando la escribías, si es que eres escritora brújula). Vuelve atrás y busca la manera de que la relación causa-efecto no quede malparada en tu historia.


Así lo cuentan en Cómo no escribir una novela, un libro que toda autora debería leer y subrayar MUCHO.


“El lector confía en que el protagonista resuelva sus problemas por él mismo, y se siente decepcionado cuando no es así. Es más, si se introduce un elemento previamente no mencionado para solucionar una situación, el autor está cambiando de pronto las reglas de su mundo de ficción. Esto es tan divertido como cuando alguien, repentina y unilateralmente, modifica las reglas de un juego. Es como si el autor dijera: «Sabes, acabo de darme cuenta de que mi trama no funciona, así que voy a añadirle algo que no tiene nada que ver, ¿de acuerdo? Pues, bien… Nosotros, por nuestra parte, vamos a añadirle más material a alguna planta recicladora de papel. Esta solución se suele llamar académicamente deus ex machina, en román paladino: «Ya te vale, colega».” Pasaje de: Howard Mittelmark & Sandra Newman. “Cómo no escribir una novela”.

Confía en tus lectoras


Aunque muchísima gente prefiere los finales cerrados, las lectoras que disfrutan con un buen final abierto también abundan. Y son estas las que se comprometen a fondo con las historias, porque el hecho de no haber atado todos los cabos hasta el final, les permite participar en la creación.


Lo ideal es que cierres el conflicto principal y los secundarios más relevantes, pero que dejes espacio para el debate.


Uno de los epílogos más criticados de la literatura fantástica es el que J.K. Rowling les dio a sus personajes de la saga de Harry Potter. No había ninguna necesidad de explicar qué personaje se casaría con qué otro. No parece que eso perjudicara sus ventas, pero al libro no le hacía falta y las lectoras se lo habrían pasado mejor con menos explicaciones de por medio.


Si estás escribiendo una serie de libros, una saga, los finales parcialmente abiertos son esenciales. Cierra la trama principal de cada libro, pero haz que el desenlace incluya la sensación de que algo nuevo pasará en el volumen siguiente. Nos enganchamos a las sagas por sus protagonistas, así que haz que terminen cada entrega de la serie con la cabeza ya puesta en la siguiente.


Lee libros que tengan buenos finales





No, no te estoy tomando el pelo. Ya sé que todo el mundo te dice que para escribir bien hay que leer mucho (y leer bien), pero es que es verdad. Recuerda los finales que te han dejado con el corazón encogido, o con una sonrisa en los labios, o con la boca abierta. Esos finales de novelas son los que tienes que replicar. Y para repetir lo que funciona lo único que puedes hacer es leerlo con sentido crítico y analizarlo.


Así que lee una vez más los finales de novelas favoritas que tengas y recuerdes con especial cariño y anota cuál es la relación entre el final de ese libro y los capítulos previos. A lo mejor reutiliza imágenes o frases que se repiten en momentos clave.


Recurre al arco del personaje para mostrar la transformación al final de la novela


Las historias que nos tocan el corazoncito suelen incluir un arco de transformación de personajes muy potente. Por eso nos llegan. Vemos que una protagonista persigue un objetivo y cómo se enfrenta a multitud de obstáculos para conseguirlo. Esta mujer cambia tras cada prueba que supera y comprendemos los mecanismos por los que la niña caprichosa del principio se convierte en una joven responsable. Por ejemplo.


Los finales de novelas más sobrecogedores son los que nos muestran el resultado de esas transformaciones. Pueden ser finales felices o finales muy oscuros. Lo que importa es que la lectora vea cómo ha cambiado la protagonista. Si además tenemos la suerte de que hemos conectado con alguna experiencia personal de la lectora, el combo es millonario. Pero esto último no depende de nosotras, así que céntrate en lo que puedes hacer.


Para mostrar estos cambios en los finales de novelas propias, te dará buen resultado dejar claro qué han aprendido, a qué han renunciado, si han crecido como personas, etc. Me refiero a tus personajes, claro.


Esto evitará que te pase algo que Howard Mittelmark & Sandra Newman detestan:

“Algunos libros acaban con una larga explicación de los enigmas de la trama que es más compleja y elaborada que la historia que nos ha llevado a ese final. Este problema es muy frecuente en las novelas de asesinatos, pero incluso en las novelas románticas el frío comportamiento del héroe se explica por una subtrama condensada que se extiende durante cuatro generaciones y tres guerras.” Pasaje de: Howard Mittelmark & Sandra Newman. “Cómo no escribir una novela”. iBooks.

Evita los finales de novelas más vistos que el TBO (como esta expresión)

  • No nos gusta que todo sea un sueño (ni de Resines, ni de ningún actor, personaje o autor).


  • No nos gusta que unas águilas vengan a rescatar a las protagonistas en el último momento. Evita los rescates milagrosos.


  • Los trastornos de evitación son hasta cierto punto comunes en la vida real, pero no viene bien que tu protagonista pase quince capítulos entrenándose para enfrentarse a su antagonista y que de repente decida que mejor se va a hacer la manicura.

Valora utilizar alguno de estos tipos de finales de novelas


Finales circulares en los que la trama vuelve al principio, pero que incluyan la transformación del personaje.


Añade un giro sorprendente al final. Pero ten cuidado con el tipo de sorpresa y, sobre todo, justifícala. Voy a citar otra vez a Howard y Sandra:

“Los finales sorprendentes sólo tienen cabida en mundos donde hay lugar para que ocurra lo inesperado. No basta con que un fantasma domine la acción a lo largo de todo el capítulo 3 y luego olvidarse de los fantasmas hasta el capítulo 12. Debe haber habido previamente varias apariciones de fantasmas, alguna conversación sobre fantasmas o todo el libro debe describir una atmósfera que sea coherente con la posibilidad de que surja un fantasma.” Pasaje de: Howard Mittelmark & Sandra Newman. “Cómo no escribir una novela”. iBooks.


El reto mensual de La Escribeteca del mes de enero y todos los disparadores del mes dan mucha importancia a los finales de novelas. Si te interesa participar y que otras escritoras te den su sincera y respetuosa opinión sobre tus relatos, únete a nostras.



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